Pintar por medio de fotos
Pintar cuadros a partir de fotos hoy en día es inevitable.
La fotografía es una herramienta muy útil para un pintor, pues en ella podemos
guardar permanentemente todos los componentes necesarios para realizar la obra
y acudir a ella en el momento deseado para continuar trabajando. Trabajar del
natural es muy conveniente, pues cuando lo hacemos así, ponemos en práctica
nuestra capacidad artística en la mayoría de sus conceptos, tales como la
composición, la luz, etc. Cuando un artista quiere trabajar un bodegón del
natural, por ejemplo, primero busca una superficie donde distribuir los
elementos que desea que formen parte de ese bodegón, haciéndolo de una forma armoniosa
y que se adapte a la idea que se quiere conseguir. Incluso cuando un artista
sale al aire libre a pintar un paisaje, intentará siempre buscar el encuadre
apropiado, buscar aquella composición a la que más partido pueda sacar en la
superficie donde vaya a trabajar. Y todo eso es muy bueno, pues nos hace tener
muy presente, siempre y cada vez, esos conceptos tan importantes para que una
obra tenga calidad y funcione, a la vez que nos permite desarrollar y
fortalecer más nuestra capacidad en el manejo de esos conceptos.
Sin embargo, con la fotografía se corre más el riesgo de no
tener muy en cuenta esos conceptos, o por lo menos, no trabajarlos cada vez que
realizamos una obra con fotografías de otras personas, que nosotros no hemos
trabajado ni hecho. Te puede gustar una foto ajena para pintar y decidir si te
gusta o no la composición y pintarla, pero realmente no estás poniendo en
práctica ni desarrollando de una forma personal todo ello; no estás probando
los elementos que intervienen en la obra, no estás cambiándolos de lugar para
intentar ver cuál es la posición definitiva, que combinados todos ellos de una
forma armoniosa, te darán la mejor composición que seas capaz de conseguir.
Luego aplicar la luz: qué clase de luz le conviene a la obra, qué ángulo… Todo
eso es muy importante trabajarlo uno mismo cuando se enfrenta a una obra, porque
no es lo mismo utilizar una foto en la que tú eres capaz de ver que todo está
bien, que todo funciona, a hacerlo tú mismo con tu esfuerzo y tu propia
capacidad. Yo puedo ver si un guitarrista toca bien o no, por ejemplo; pero si no
me pongo a aprender y a practicar tocando, jamás seré capaz de hacerlo. Yo
mismo he usado fotos de otras personas para pintarlas porque me han gustado
para ello. He visto en esas fotos todo lo necesario para pensar que se puede
hacer con ellas una buena obra de arte, pero siempre será mejor hacer uno mismo
las fotos, resolviendo antes los temas de composición, luz, etc. Ir probando y
haciendo fotos, muchas fotos, si hace falta; y al final escoger aquella que
tenga más calidad y que más se acerque a la idea principal de la obra.
Como ejemplo pongo esta obra que pinté en el año 2013. La
titulé “Miel” y está hecha al pastel sobre papel. Tiene un tamaño de 50 x 65
cms. Para este cuadro hice como unas 15 fotos, no más. Después de ir probando
diversas formas en la composición e ir fotografiando cada una de ellas, cambiándoles
un poco el ángulo y demás, decidí que la foto elegida para la obra final fuera
la que pongo a continuación. Pongo la fotografía y la obra pintada al pastel.
Pinchar encima de las imágenes para agrandarlas.
Francisco José. 20 Junio 2017.
Que interesante tema y muy cierto cada palabra que usas, ya que desde una foto propia estas dominando el tema a pintar y da la conclusión de una obra excelente¡¡ Te felicito por este blog , interesante¡¡
ResponderEliminarMuchas gracias, Ceci. Me alegra mucho que te guste y también me alegra encontrarte por aquí. Este blog lo abrí hace muy poco. A ver si con el tiempo se va ensanchando un poco :) Gracias.
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