Muchas veces, cuando pintaba a la espátula (o incluso sólo con las manos, como hacía hace ya bastante años) me ponía a pintar sin ninguna idea y me dejaba llevar; lo que iba saliendo me iba indicando cómo seguir, hasta dar por finalizada la obra. Hoy en día, muy raramente hago ese tipo de cosas. Actualmente sólo pinto sabiendo de antemano lo que quiero hacer, dejando aparte alguna que otra idea que me dé por experimentar. Este cuadrito que presento aquí está hecho con una idea prefijada de antemano, pero resuelta con muchas improvisaciones. El resultado final me gusta, personalmente, pues tiene una factura, color y atmósfera que pude sacar de una forma improvisada, según avanzaba en su desarrollo. Por lo tanto se trata de un lugar inexistente físicamente. Pinchar en la imagen para agrandar.
Francisco José. 22 Junio 2017.
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